En esta vida todo se deteriora.
Las cuerdas de mi guitarra se oxidan, y a medida que avanzo por las páginas del
libro que es la vida, éstas se tornan más rugosas y ásperas. En octubre las hojas de los árboles,
ya marrones, se caen al suelo, el cual parece ser el único elemento estable en
este mundo, aunque todos sabemos que no es verdad.
Quizás la vida no está hecha para
que todo se mantenga al cien por cien, por eso necesitamos dormir, descansar,
dejar de pensar. Y quizás es por ello que las cosas se deterioran, incluso en
algunos momentos, nuestras ganas de seguir avanzando se ven minadas. Creo que
lo realmente importante es ser consciente de la inestabilidad que nos rodea,
del desgaste que esta vida conlleva.
Y a veces cuando las cuerdas se
oxidan, lo mejor es cambiarlas…o dejar de tocarlas por un tiempo.