viernes, 2 de octubre de 2015

(No) Surrender

"No retreat, no surrender" dice la letra de mi canción favorita de Bruce Springsteen. Mi vida siempre se ha guiado por esa premisa: no rendirse nunca. Sin embargo, con la experiencia te vas dando cuenta de que hay momentos en los que no queda más remedio que rendirse; sin duda es una de las cosas más dolorosas del mundo. Rendirse implica muchas cosas. Implica dejar de perseguir un sueño; implica asumir una derrota; asumir que has fracasado a pesar de todo lo que has luchado, y que todo el esfuerzo depositado en la consecución de tu meta ha sido en vano; pero lo más doloroso de rendirse es tener que decir adiós a esa parte de tu vida. 
Nunca me ha gustado perder cosas, quizás es por eso que intento aferrarme a todo aquello que me hace feliz. Sin embargo, a veces no es decisión de uno mismo decirle adiós a algo. A veces, eso que te hace feliz simplemente te da la espalda y es cuando te das cuenta de que la vida es muy puta y que hay dos tipos de personas en este mundo: las que tienen la suerte de cumplir sus sueños y las que no. Y por desgracia, en este mes de septiembre, me he tropezado y he caído en el segundo grupo.