Imaginar

Ken Robinson le dijo a Punset en una entrevista que lo que hacía especial a la especie humana, que lo que nos hacía diferentes al resto de los seres vivos, era la capacidad de imaginar.

Gracias a la imaginación podemos crear mundos en nuestra mente, pensar cómo será el futuro, traer momentos pasados a nuestra memoria y revivirlos una y otra vez, pulsando el "pause" y el "play" a nuestro antojo.

Es increíble cómo ciertas cosas pueden hacer que tu pasado vuelva a ti en décimas de segundo. Es maravilloso cómo un objeto, una foto, un libro, una canción, o una película pueden hacerte volar años atrás, pueden traerte millones de recuerdos.

A veces nos olvidamos de quiénes fuimos ayer, nos creemos más sabios y más maduros, y quizás lo seamos, pero no más que mañana. Hay que saber recordar qué era lo que movía nuestro mundo entonces, hay que ser realista, ya que todo son etapas.

Noches

Las noches nos incitan a pensar. Las noches nos invitan al sueño, a dejar libre nuestra imaginación, a sentir. Quizás los sentimientos se intensifican en la oscuridad, bajo el cielo estrellado, en el silencio. Quizás es por eso que por las noches se me da por pensar, por reflexionar acerca de mis días y quizás de los de otros; quizás por eso siempre escribo de noche, porque tengo claro lo que quiero decir.

Por las noches me acuerdo de aquello que me preocupa, me acuerdo de los que ya no me acompañan en mi vida, y me pregunto por qué. Las noches nos responden a los por qués con mas preguntas, con más incógnitas en forma de "cómo" y "cuándo", nos hacen perdernos entre las interrogaciones.

Las noches son nuestro lugar de reflexión.

De nuevo a viejo.

El tiempo cambia; hoy sol, mañana lluvia. Los tiempos cambian, hoy pensamos de un modo, mañana de otro muy distinto. Las modas cambian, hoy se lleva lo apretado, mañana lo holgado. 

La vida consiste en eso, en cambios, en giros inesperados que hacen nuestro día a día más emocionante, más intenso. El principal problema de los cambios es que asustan, nos resultan en la mayoría de los casos incómodos. ¿Por qué? Lo cierto es que nos gusta acostumbrarnos a las cosas, saber cómo son y serán, desterrando así toda incertidumbre. Reconozcámoslo, nos pone nerviosos mirar hacia delante y no ver las cosas con demasiada claridad, nos da miedo.

Alguien me dijo una vez una cosa bastante obvia, pero no por obvia o simple deja de ser una gran verdad: "lo nuevo da miedo, pero llega un momento en el que deja de ser nuevo y todo vuelve a la normalidad". Y es cierto, lo nuevo no es nuevo para siempre, lo nuevo se convierte en viejo algún día.
A veces me pregunto qué es peor, ¿Los cambios inesperados o los cambios esperados? En mi opinión, saber que vas a tener que adaptarte a un cambio en un futuro cercano es algo bastante duro. Tu cabeza se crea expectativas sobre como será ese futuro, y como digo siempre, las expectativas son un obstáculo en nuestras vidas. 

Hay veces en las que la vida nos propone un reto: permanecer en dónde estás o irte a otro lugar, enfrentándote a ese cambio. Me han dicho muchas cosas sabias a lo largo de mi vida, pero sin duda una de las que más me ha llegado ha sido la siguiente: 

"Irse a otro lugar da miedo, pero la verdad es que al final son las mejores experiencias porque si te quedas siempre en el mismo sitio todo es lo mismo, nada cambia; tu no cambias, ni evolucionas".

Y con esto, creo que no hace falta seguir divagando sobre este tema.

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Expectativas

Existen dos palabras en nuestro vocabulario y en nuestras vidas que no deberían existir: expectativas y asumir.

Alguien me dijo un día que era mejor no crearse expectativas ante nada, ni esperar nada de nadie. Le dije "¿Qué te esperabas? a lo que respondió "Yo nunca espero nada". Quizás en ese momento no lo entendí demasiado bien, ¿Por qué no íbamos a pensar en el porvenir, en cómo será? Sin embargo cada día lo comprendo más y más, y es que crearse expectativas es uno de los mayores errores que comete el ser humano.

No sirve de nada pensar en cómo serán las cosas mañana ni en cómo va a reaccionar una persona ante cierto estímulo. Además, nos engañamos, creemos que nuestras expectativas son objetivas y realmente están llenas de subjetividad, de sentimientos, de sueños e ilusiones.

Y es en este momento cuando llega una palabra que se te estampa en la cara y te hace daño: asumir.

Asúmelo, nada es como tu pensabas que iba a ser. Asume que no todo es como nos gustaría, que las cosas no son tan fáciles. Asume que las expectativas son un puto bache en el camino, un freno de mano que se baja solo. Déjalas marchar, nunca esperes nada, simplemente vive y adáptate ya que la vida consiste en eso, en adaptarse al medio...y si por el camino puedes disfrutar, pues disfruta, sin más.

Escritura

Había días en los que las palabras salían de mi sin cesar, sin pausa, pero sin prisa. Había días en los que un solo pensamiento, un recuerdo, bien fuera dulce o amargo, una canción, eran fuerza suficiente para querer decir, para querer ser. 
Ahora desde mi casa, observo con lejanía aquellos días en los que escribir era mi más puro deseo, mi sueño más conciliador. Lo observo y lo añoro en cierto modo, como quien añora esos calurosos días de verano bajo una noche estrellada.
Sin embargo, quizás este sea otro momento, otra etapa en la que en vez de escribir y plasmar mis pensamientos, actúo y siento mis más profundos impulsos, viviendo lo que siento y sintiendo lo que vivo, sin más dilaciones. 

Deudas

Un día a alguien se le ocurrió inventar las deudas. La Rae define este término como la obligación que alguien tiene de pagar,satisfacer o reintegrar a otra persona algo.
En realidad nos pasamos el día endeudados, y no, no me refiero a la nefasta situación económica de España, me refiero a que cada gesto, cada mirada, cada sonrisa que una persona te regala debe o debería de serle devuelto en algún momento.
Yo siempre he creído que los pequeños gestos hacen grandes a las personas. Sin embargo las deudas más importantes no sólo se deben a los pequeños gestos de cada día, sino a esas grandes acciones  que un día te devolvieron tu vitalidad. 
Hay deudas que, por mucho que se suponga que ya las hayas saldado, nunca llegan a saldarse del todo ya que nunca te sentirás lo suficientemente agradecido por lo que esa persona te ha brindado en el pasado. 

Agujetas

Un día alguien me dijo que echar de menos es como hacer deporte. Los primeros días que lo haces duele, duele mucho, pero poco a poco el cuerpo se va acostumbrando y llega un momento que aunque sigas haciendo deporte todos los días ya no duele tanto, incluso dicen que acaba por no doler.
Supongo que aún queda mucho camino para llegar a estar en forma, supongo que poco a poco ese dolor se acabará disipando, pero por ahora lo que toca es echar(te) de menos y seguir haciéndolo un poquito cada día hasta que mi cuerpo se acostumbre. 
Podría haber seguido con el baloncesto, pero este es el deporte que me toca practicar durante este año, me guste o no.

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Hay momentos en los que miras atrás con cierta melancolía, pero también hay otros en los que divisas en el horizonte el porvenir. Lo ves todo allí, acercándose hacia ti, llamando a las puertas de tu vida y te gusta lo que ves.
Hay momentos en los que has estado triste, por supuesto, sino la vida no sería vida, pero también hay momentos de plenitud, y es el ansia por repetir este tipo de capítulos el motor de toda vida; eso y la curiosidad, cómo no. 
También hay momentos en los que cierras los ojos y lo ves todo más claro. Sin duda una de las paradojas de este juego en el que nos vemos sumergidos hasta el fin de nuestros días. 
Y por último, hay momentos en los que simplemente cierras los ojos y se te escapa una sonrisa.

M de magia o de...

Poder. El poder de provocarte insomnio porque simplemente persigues una melodía, unos acordes mal tocados que suenen a palabras sin sentido. El ansia de hacer sonar versos no escritos y escribir una melodía sin sonido; de hacer volar tus instintos y sin quererlo, hacer la magia que más le gusta a tus oídos. La magia de mi día a día, lo que permanentemente suena y retumba en mi cabeza; lo que veo en las personas que no son sus rarezas ni sus ideas, sino su música, eso que permanentemente llevan.
Que pase lo que pase y digan lo que digan, siempre serás tú mi compañera, mi eterna sonrisa, a quien le dedicaría mi vida entera.

Caminos

Siempre he pensando que el pasado es pasado, y por tanto, pasado está. Debemos vivir el presente sin pensar en lo que dejamos atrás, debemos vivir el momento, si algo no está ahora con nosotros es porque no tenía que estarlo.
Sin embargo, a veces podemos recuperar ciertas cosas del pasado. Quizás no es que las recuperemos nosotros, sino que el destino las vuelve a poner en nuestro camino de manera irremediable. A veces esas cosas vuelven, vuelven con más fuerza que nunca, aunque no igual que antes, quizás sean mejores, y lo mejor, es que vuelven para quedarse. 
Porque he aprendido que la vida es muy caprichosa y juega con nuestro camino; porque hay ocasiones en las que el camino de dos personas se separa sin razón alguna durante mucho, mucho tiempo, pero también he visto como ese camino se vuelve a unir creando algo nuevo, con unos cimientos ya edificados que hacen que el edificio sea más sólido.
Y otra vez más, el destino me ha hecho ganar. Otra vez más le doy las gracias.

Fugit irreparabile tempus

Tiempo: ansiado, temido y amado. Es curioso, a todos nos gustaría poder controlar el tiempo. Detenerlo o acelerarlo a nuestro antojo para no tener que temerlo. Y es que en el fondo, a todos nos da un poco de miedo el concepto del paso del tiempo. Días en los que te despiertas y te das cuenta de que has malgastado uno, dos, tres meses de tu vida, son días en los que desearías poder controlarlo. Sin embargo hay días que te despiertas y desearías despertarte uno, dos tres meses de tu vida después.
No podemos controlar el tiempo, es obvio, pero podemos decidir como afrontarlo. Vive intensamente esos momentos que te hacen felices, e intenta inhibirte en aquellos momentos difíciles, pero no dejes de perderte lo bueno, eso nunca. Y es que ya lo he dicho mil veces, las cosas malas tienen una parte buena, y las cosas buenas, una mala. La cara y la cruz de la moneda, siempre la misma moneda. 
Vive en lo positivo de lo positivo y también en lo positivo de lo negativo, ya que, si consigues hacerlo, el tiempo será solo un fantasma que habrás enterrado.

Imposible

Hoy es el día de levantarse y decir sí. Hoy es el día de pensar en aquello que anhelamos y dejar de anhelarlo; hoy es el día de conseguirlo, de hacerlo nuestro, de adjudicarnos una pequeña pero gran victoria.
Deja de esconderte, deja de lamentarte, simplemente aprieta los dientes y comienza a caminar. Destruye tus inseguridades, destruye tus miedos, corta las cuerdas que te atan a lo imposible. La palabra imposible no debería de existir en tu lexicón mental, debería ser ajena a nuestros objetivos. Todos tenemos miedo, miedo al fracaso, miedo al dolor, pero no dejes que ese miedo te gane el pulso, acaba con él. 
Es hora de levantarse y mirar adelante, porque no puedes perder tu presente por un pasado que no tiene futuro...porque sólo aquellos que persiguen lo absurdo conseguirán lo imposible.

Fly

Nos gusta sentirnos libres. Nos gusta no sentirnos atados a nada, poder movernos por donde queramos. Nos gusta no tener que dar explicaciones, que no existan los "¿Por qué?". A casi todos nos gustaría volar, ser como un pájaro y volar; sentir el aire en nuestra cara, dejar de sentir la gravedad.

Ansiamos la libertad, y sin embargo buscamos cosas a las que atarnos. Una persona, un trabajo, un lugar...realmente somos esclavos de nuestra propia libertad.

Intereses

Una vez, de camino a Lugo, tuve una intensa conversación con mi tío, una de las personas que más admiro en el mundo. Hablamos de muchas cosas, me dio muchos consejos; pero sin duda me dijo algo que me marcó: "Las personas que de verdad merecen la pena son las que te ofrecen su ayuda sin pedirte nada a cambio"

Siempre he tenido ese consejo muy presente, pero en esta cálida noche de verano la recuerdo con especial cariño al haber estado pensando en todas las personas que han pasado por mi vida.

Muchas personas han llegado a mi vida, algunas temporalmente, otras para quedarse. Pero me he dado cuenta, de que aquellas personas que de verdad me han marcado, son las que según mi tío "de verdad merecen la pena", ya que me han ayudado cuando no tenían obligación de hacerlo, y lo mejor, no lo han hecho para obtener beneficio, lo han hecho simplemente por mi. 

Y ahora es cuando me pregunto, ¿Qué es lo que hace que algunas personas quieran ayudar "gratis" y otras necesiten obtener un beneficio a cambio? ¿Es la sociedad? 

Vivimos en una sociedad en la que prima el propio beneficio, la avaricia, el egoísmo. Somos capaces de llegar a límites insospechados por conseguir nuestros objetivos, incluso interceder en los objetivos de los demás. Es triste, pero es la verdad. Por tanto, ¿Qué esperamos de nosotros mismos si seguimos el ejemplo de la sociedad? 

Por suerte, siguen existiendo algunas personas con unos pocos valores. Personas a las que se les da por pensar, en vez de actuar por contagio y sugestión -como decía Le Bon-, que observan y sacan sus propias conclusiones.

Yo he llegado a una conclusión: poco podemos aprender de la sociedad, pero mucho podemos aprender de algunas personas.

Deseos

En ocasiones, algo se nos mete entre ceja y ceja, lo ansiamos, lo deseamos con todas nuestras fuerzas y hacemos todo lo posible para conseguirlo. Dicen que el que quiere puede, pero, ¿Qué pasa cuando lo que queremos no depende de nosotros? ¿Qué pasa cuando depende de otra persona?
A veces nuestros deseos se ven condicionados por los deseos de los demás y lo único que hay que ser es paciente. Puedes decirle a esa persona qué es lo que necesitas de ella, sí, claro que puedes hacerlo. ¿Y si te dice que no? Puedes gritar, dar patadas, desesperarte o hacer alguna tontería, sobre todo si son las cuatro de la mañana. Sin embargo, la opción más sabia, aunque también la más difícil, es esperar, tener paciencia.
Ya he dicho miles de veces que lo inesperado sabe mucho mejor, es más dulce. Porque puede que te resignes y asumas que tu deseo no se va a cumplir en mucho tiempo, o puede que te tumbes en un sofá  ajeno y las notas de tu deseo comiencen a sonar, y por muy breves que sean, serán suficientes...suficientes para sentir una extrema felicidad.

Cara o cruz

Siempre he pensado que si las monedas tienen dos caras es porque la vida también las tiene. Es una sensación muy confusa cuando algo bueno conlleva también algo malo. 
Dicen que no hay mal que por bien no venga ¿Podría darse la inversa de este dicho popular? Quizás también las cosas buenas tengan su parte negativa. Entonces, todo sería relativo en esta vida, ya que podríamos vivir centrándonos solamente en una de las dos caras, obviando la otra. ¿Podría hacerse realmente?
Todo es muy relativo, y nuestro trabajo consiste en deshacer esa relatividad a nuestro antojo, en decidir en qué queremos creer y en qué no. 
Seguramente, las personas más felices sean aquellas que sepan buscarle lo positivo a lo malo y obviar lo negativo de lo bueno.
En realidad el ser humano es así: dos caras, una buena y otra mala. Llega un momento en la vida en el que tienes que tomar una decisión, tienes que elegir qué tipo de persona quieres ser, si quieres ser la cara...o la cruz.

Despedidas

Ya he hablado muchas veces de los cambios, de lo malo que es acostumbrarse a algo, ya que algún día cambiará y si estamos demasiado aferrados a ello, no sabremos afrontarlo.

Esta vez quiero hablar de los cambios temporales, en concreto, del paso de la proximidad a la lejanía. A veces nos acostumbramos a tener ciertas cosas al alcance de nuestras manos, a poder tenerlas a nuestro lado las 24 horas del día. A veces nos acostumbramos a la presencia de ciertas personas, a que sean nuestro día a día, a compartirlo con ellas todo.

Llega un momento en el que te tienes que separar de esas personas. Siempre he odiado las despedidas, siempre he odiado echar de menos. Esa sensación de querer estar con alguien y que cientos de kilómetros te separen de ella, es de las mayores impotencias del mundo.

Yo le doy mucha importancia a las despedidas, hay personas que incluso creen que es mejor no despedirse, que se ahorran ese mal trago. Sin embargo, una despedida es un momento en el que confluyen infinidad de sentimientos, de emociones. Una despedida no puede ser mejor si está marcada por un abrazo enorme y sincero y por una mirada cómplice. 

Hay despedidas que marcan, que te sirven para seguir sintiendo a esas personas cerca.

Ahora solo toca esperar a que la distancia física vuelva a desaparecer. Quizás sean meses de echar de menos, quizás sea duro...Sin embargo, hay personas que siempre estarán conmigo por muy lejos que se marchen, siempre.

Presión

Todos hemos sentido presión alguna vez. Todos hemos tenido esa sensación de que algo te está golpeando el pecho continuamente, esa sensación de que las paredes de tu habitación se vuelven más pequeñas y te cuesta respirar.

Se puede sentir presión por muchos motivos, normalmente va asociado a cuando tienes que hacer algo que otros valorarán: un examen, un concierto, conocer a alguien.

Lo importante no es sentir presión o no, es saber canalizarla. Aprende y habrás subido un escalón en la vida.

El verdadero yo

Creemos conocernos. Creemos que siempre podemos predecir nuestro comportamiento, pero no siempre es así. 
En situaciones extremas sacamos nuestro verdadero yo, es cuando podemos demostrar lo que de verdad valemos. Es muy fácil ser fiel a uno mismo cuando no nos sentimos amenazados, cuando no tenemos miedo. Sin embargo, sentirnos vulnerables es uno de los mayores peligros, y puede jugar en nuestra contra en cualquier momento.
Y es el interminable debate entre el determinismo o el ambientalismo lo que se me viene a la cabeza ahora mismo. Supongo que un poco como todo se resuelve con un término medio.
No vivas con miedo, pero vive preparado, en cualquier momento puede que tengas que enseñar tu verdadero yo.

Naipes

La vida es como una montaña rusa: a veces estás arriba y de repente caes en picado para encontrarte en lo más bajo. Sin embargo, no es la vida lo que hace que nuestra existencia sea de este modo; somos nosotros mismos.
Tenemos la capacidad de permitir que cualquier cosa nos desestabilice, nos haga caer. Una simple palabra, un incómodo silencio, un pensamiento negativo...son motivos suficientes para borrarnos la sonrisa, para hacernos cambiar nuestro estado de ánimo.
Lo cierto es que somos jodidamente frágiles, como un castillo de naipes: cualquier movimiento puede desestabilizarnos.
Sin embargo, creo que así como hay cosas que hacen desaparecer nuestra vitalidad, existen otras que nos la devuelven.
Un consejo: búscalas, cógelas y no las dejes escapar...porque cuando caigas, ellas serán las responsables de proporcionarte el impulso suficiente para volver arriba.

The only exception

Ya se había acostumbrado a su situación; quizás puede decirse que ya había tirado la toalla. Sus experiencias le ayudaban a "predecir" lo que iba a pasar. Sin embargo, esta vez, se ha confundido en sus predicciones y ha ocurrido lo contrario a lo que dictaba su regla: ha encontrado una excepción.
Lo cierto es que las mejores cosas llegan cuando menos te las esperas.
[...]
¿Creéis en el Karma? La vida es injusta. Es lo primero que deberían enseñarnos en el colegio. A veces la vida castiga a personas que no han hecho nada malo, todo lo contrario. Sin embargo, creo que de algún modo o de otro, al final el universo acaba recompensando a esas personas.
Y al final...la vida le sonríe a quien más se lo merece.

Preguntas

Existen multitud de maneras de obtener información sobre las personas. Hoy me he parado a pensar en una de ellas: las preguntas.
Cuando queremos saber algo tenemos muchas opciones, pero una muy simple es preguntarle a alguien. No puede ser cualquier persona, tiene que ser alguien que te vaya a contestar sinceramente, que quiera compartir contigo la respuesta.
Hay quien dice que no hay nada que no deba ser preguntado. Sin embargo algunas preguntas son demasiado dolorosas, o quizás lo doloroso sea la respuesta, para ti o para la otra persona.
Las preguntas tienen un poder muy especial; pueden hacernos revivir momentos o sentimientos del pasado. El problema es que no siempre son agradables. 
A veces hay cosas que es mejor no preguntar. Sin embargo, creo que por mucho tiempo que pase, seguiré haciendo preguntas a aquellas personas que sé que me van a dar una respuesta verdadera.

Rain

Este año, Abril ha matado al sol y al calor de Santiago de Compostela. Las nubes se han apoderado del cielo. El viento y el frío han sido nuestros compañeros día tras día.
Ahora, ya en Mayo, las cosas siguen sin cambiar. Salgo a la calle y solo siento las frías gotas de agua sobre mi frente, siento como resbalan por mis mejillas como si fuesen lágrimas; lágrimas nostálgicas de aquellos días en los que los rayos de sol se fundían con mi pálida piel.
[...]
Casi todo el mundo odia la lluvia. Reconozco que no es demasiado cómodo mojarte, pero yo he caminado muchas veces bajo la lluvia simplemente disfrutando de su magia y me he sentido en armonía con la naturaleza.
Creo que la lluvia nos ayuda a sentirnos vivos, a sentirnos humanos. La lluvia nos recuerda que la naturaleza siempre va a ganar al ser humano, por mucho que nos esforcemos por demostrar lo contrario. 
Nos creemos los dueños del planeta. Creemos que podemos controlarlo todo. Arrasamos bosques, construimos nuestra civilización sobre lo más bello que hay: la naturaleza. Pero no podemos hacer que deje de llover, no podemos evitar la sequía, no podemos evitar los tsunamis, los tornados, la tormenta.
Quizás el planeta esté enfadado y nos ha "castigado" con estos meses de ausencia solar.
Un consejo: camina bajo la lluvia, prescindiendo de paraguas. Ponte una buena canción y simplemente disfruta de la magia.

Prioridades

A veces me paro a pensar en algo muy curioso del ser humano: sus prioridades.
En la vida no podemos tener todo lo que deseamos, a veces hay que elegir. Sí, estamos siempre con las malditas decisiones. ¿Qué es lo que hacemos para decidir? Simplemente priorizamos algunas cosas, es decir, le damos más valor a ciertos aspectos de nuestro mundo con respecto a otros. 
He aprendido que frente a las prioridades no hay nada que hacer: cada uno tiene las suyas, cada uno decide qué le importa más. Hay quien prioriza la amistad, hay quien prioriza el amor, los estudios, la mala vida, la música.
Lo que para unos supone un esfuerzo descomunal, para otro es simplemente algo que le apetece, o algo por lo que se muere de ganas. 
Sea como sea, en la vida siempre hay prioridades. ¿Las mías? Simplemente me guío por lo que me dicta el corazón...mi prioridad es ser feliz.

Caminos

La vida está plagada de decisiones, de incertidumbre. No nos damos cuenta de que el camino que escojamos puede determinar nuestro futuro. Pero, ¿Puede ser que dos caminos diferentes lleguen al mismo lugar?
Es algo curioso, como dos vidas paralelas completamente diferentes pueden llegar a unirse en un momento determinado. Es curioso como dos personas pueden llegar a las mismas conclusiones habiendo tenido experiencias opuestas. Quizás sea porque no solo hay una manera de aprender. Por desgracia algunos tienen que aprender a base de palos, a base de sufrimiento, y otros simplemente observando, analizando cada detalle que pasa a su alrededor. 
Sea como sea, la vida nos ha llevado hasta aquí. Sea como sea, debemos seguir viviendo.

Puertas

En la vida existen momentos de todo tipo: alegres, tristes, tranquilos, ajetreados, dolorosos, placenteros, etc. Pero creo que hay uno que es de los más dolorosos del mundo. El momento en el que tienes que cerrar una puerta para no abrirla nunca más. 
LLega ese momento, en el que sabes que tienes que hacerlo, en el que tu corazón te dice que no y tu cabeza te dice que sí. Esa intensa lucha entre sentimientos y razón, entre el querer y el poder. Y cuando llega, es imposible darle la espalda, tienes que hacerlo.
Es duro cerrar una puerta que has tenido mucho tiempo abierta, es como cerrar una parte de ti, como renunciar a tu pasado, pero a veces, simplemente debemos hacerlo. Y por mucho que cierres la puerta, ésta no desaparece, sigue ahí, cerrada, pero ahí.
¿Qué pasa si tu pasado llama a esa puerta? 
Hay puertas que, una vez cerradas, no deberían volver a abrirse...nunca.

Cosas

De las cosas que he vivido he sacado conclusiones, algunas precipitadas, otras acertadas, pero siempre mías. He salido a la calle a vivir, a soñar y a aprender.

De las cosas que he aprendido me quedo con las personas que me las han enseñado, con sus historias y sus melancolías. He visto sueños rotos e ilusiones cumplidas, he soñado con volar y sentir el aire en mi pelo.

De las cosas que he pensado, algunas me han sacado de mis casillas, otras me han llevado a la vida, al amor y a la música. Mi mente ha traspasado la barrera de lo inimaginable para seguir creciendo.

De las cosas que me han dicho, he hecho mías las más importantes, las he interiorizado y las he convertido en mi credo. He vivido a través de los demás historias sin fin de alegrías y tristezas, de tormentas y amaneceres.
De las cosas que he sentido las más fuertes han sido polos opuestos: infinita alegría e insufrible dolor. Mi cuerpo es un ente plagado de sensaciones sin sentido, de música sin notas, de letras desordenadas.
De las cosas que he amado todas me han enseñado algo, de todas he disfrutado y todas me han llenado de vida.
De las cosas que he escrito, las más profundas las llevo en mi mente y en mi corazón, de tal manera que sean mías para siempre y poder así ser libre en un mundo plagado de cadenas.
De las cosas que...

Night

Ellas siempre están ahí, aunque no siempre las podamos ver. Nos miran desde arriba, nos protegen. Brillan más que nada pues son la luz de la inmensa oscuridad del universo. Nos guían en muchas ocasiones, y en otras, simplemente nos hipnotizan con su infinita magia blanca. Ellas siempre nos miran, y realmente pocos de nosotros les devolvemos las miradas.
Yo siempre seguiré subiendo al tejado a mirarlas, a apreciar su belleza. Me han dado la solución a muchos de mis problemas. He tenido paciencia para descifrar lo que me querían decir, y ha dado su fruto. 
Creo que a veces no sabemos apreciar esos pequeños detalles que nos brinda la naturaleza; no intentamos sentirnos en armonía con ella, y eso es una de las grandes pérdidas de la humanidad con el paso de los siglos.
Sin embargo, mientras siga habiendo personas, como yo, que les devuelvan las miradas, ellas seguirán brillando.

Héroes y superpoderes

Seguramente, la mayoría de las personas han deseado tener un superpoder en algún momento de su vida: volar, teletransportarse, leer mentes, ser telequinético.
En nuestro mundo no existen los superhéroes tal y como nos lo cuentan en el cine. No te engañes, nunca vas a hacer algo tan heróico como salvar a la humanidad, o simplemente salvarle la vida a un amigo. No vas a volar, no vas a teletransportarte. No vas a ser ese tipo de héroe.
Sin embargo, yo creo que hay personas que actúan como héroes sin necesidad de tener superpoderes. Alguien me dijo que cuando la vida te pone a prueba y te pone contra las cuerdas pueden pasar dos cosas, que son polos opuestos: superar las adversidades y salir reforzado o simplemente rendirte y tirar tu vida a la basura. 
Para mí, una persona que supera sus miedos, sus fantasmas, es un verdadero héroe. Sobrevivir a los puñales que te lanza la vida y levantarte cada mañana con una sonrisa en la cara, tener ganas de todo, regalar vida y energía, eso es ser un héroe...ellos son los héroes de nuestro mundo.

Éxito

¿Alguna vez os habéis preguntado cuál es la razón de nuestra existencia? Yo creo que hay dos formas de vivir la vida: una vida centrada en uno mismo o una vida dedicada a los demás.
A pesar de los golpes que me he llevado por el camino, sigo pensando que elegir la segunda opción ha sido una buena decisión.
¿Qué es la felicidad? Estudiar una carrera, tener un buen trabajo, una buena casa y un buen coche está muy bien, pero eso no te da la felicidad. Una amiga me dijo que al final, lo que queda son las personas.
Tener éxito significa levantarse cada mañana con ganas de compartir, con ganas de arrancarle sonrisas a la gente. Tener éxito es acostarse habiendo aprendido una nueva lección. Tener éxito en la vida es sentirse en armonía con alguien tan solo con una mirada...sentir.
Una vida dedicada a uno mismo no es real, ya que, la felicidad solo existe si es compartida.

En el patio de mi edificio hay un balón de baloncesto. Lleva ahí varios días, desafiándome, aguantando bajo la lluvia, aguantando el frió de este Abril. Lo veo todos los días, y todos me dan ganas de cogerlo y jugar con el un rato; pero no lo hago...no es mi balón.
A veces me entra la nostalgia; a veces echo de menos mi deporte. Sí, ese que tanto me ha dado durante trece años de mi vida. No solo me ha hecho crecer como jugadora, sino como persona. Me ha enseñado lo que es el compromiso, la dedicación, la ilusión. Me ha hecho reír, me ha hecho llorar; incluso a veces me ha hecho sufrir. Me he desesperado muchas veces; he gritado y he tirado banquillos, he dado patadas a botellas que no tenían la culpa de nada...pero en el fondo, me gustaba esa sensación de sentir los latidos de mi corazón, de notar mi respiración acelerada, entrecortada y de sentir el sudor caliente en mi frente. 
Quizás juegue con ese balón un rato.

Futuro

Futuro. Por mucho que digamos que no, todos pensamos en él. Es lo normal. Vivir el momento, el Carpe Diem, está muy bien, pero a veces necesitamos saber qué será de nosotros el día de mañana.

Nuestro futuro, en gran medida, viene un poco determinado por las decisiones que tomamos en el presente. Ya he hablando anteriormente del conocido "Efecto mariposa". Sin embargo, hay ocasiones en las que nuestro futuro no depende de nuestras decisiones, sino de las de otras personas; personas, incluso, que no tienen nada que ver con nosotros. 

Es algo curioso, muy típico de la vida. Cuando esto sucede, podemos plantearnos que quizás existe el destino, que igual nuestro futuro ya está escrito.

Pensándolo bien, no me preocupa que mi futuro esté en manos del destino, ya que, él ha hecho que muchas veces yo estuviera en el lugar adecuado en el momento adecuado, y he salido ganando. Simplemente, a veces las cosas ocurren porque tienen que ocurrir.

Vive, siente, escribe.

Palabras. Dulces y dolorosas palabras. Ellas están ahí las 24 horas del día. Nos ayudan a transmitir lo que pensamos, lo que sentimos. ¿Qué sería de nuestra vida sin ellas? 

Escribir es un arte, como lo es la música o la pintura. Escribir, a veces es una necesidad, un impulso innato. Las personas que escriben es porque sienten, y las personas que sienten, es por que viven. 

Vivir, sentir, escribir. Quizás sea una de las leyes que rigen mi vida. 

Ventanas

La vida está llena de posibilidades. En cada instante, tenemos cientos de caminos que seguir, miles de puertas que abrir. 

A veces las cosas terminan; sí, es otra de las curiosidades de la vida, que casi nada dura para siempre. 

Lo peor de todo, es darte cuenta del momento exacto en el que algo se acaba: una canción, un sentimiento, una amistad, una relación. En ese preciso instante se para el mundo y una voz te dice "Se ha acabado, no mires atrás, solamente mira hacia lo que viene ahora".

A mi, en concreto, me ha pasado varias veces...y sientes frustración, odio, ira, dolor de saber que algo se está acabando en ese instante.

Alguien me dijo que la vida te quita unas cosas y te da otras, que cuando se cierra una ventana, se abre otra nueva. Estamos acostumbrados a mirar desde la misma ventana siempre, pero cuando ésta se cierra y se abre la otra, a veces nos sorprendemos de lo que podemos llegar a aprender de esas vistas...a veces las vistas son maravillosas.

Come on up for the rising.

Después de unas cuatro horas de espera, empezó a sonar una melodía conocida para los Gallegos: A Rianxeira. El público empezó a gritar su nombre, deseando que saliera al escenario a deleitarnos con su música. Cuando se dejó ver encima del escenario 40.000 personas comenzaron a aplaudir, ilusionadas. Yo entre ellas, no podía creerme que tuviera a mi ídolo delante de mi. 
Cuando hizo sonar su música, acompañado de su increíble banda, se me puso la piel de gallina, mis ojos se humedecieron. Allí estaba yo, entre esa multitud, gritando y saltando, disfrutando de cada nota, de cada palabra que salía de su boca. Fueron tres horas y media de espectáculo, de buena música, de vida.
Ya han pasado casi tres años, pero cuando recuerdo esa noche, todavía puedo sentir la música de BRUCE SPRINGSTEEN en mi interior, todavía se me estremece todo el cuerpo.
Hay ciertas cosas que nunca se olvidan.

Pasiones desterradas.

En general, la vida es bastante curiosa; hay cosas que por mucho que las piensas, no les encuentras sentido. Este es el caso de las pasiones. ¿Por qué algo que te acompaña durante toda tu vida deja de apasionarte en un momento dado? ¿Qué es lo que cambia dentro de ti para desterrar esa pasión?

A mi me apasionaba sentir el roce de su cuero, me ponía escucharlo chocar contra el suelo una y otra vez en apenas unos segundos. Sentía la presión de ir uno abajo y quedar unas décimas - suficientes - para darle la vuelta; la sentía y era excitante. Me gustaba volar para conseguirlo, me gustaba gritar e incluso los golpes que podía llegar a recibir, ya que aguantarlos era un signo de superación, de fortaleza.

Era una pasión, al igual que la música, y se ha ido para siempre. La vida es curiosa...tiene sus cosas.

¿A que te vas a dedicar?

Cuando cumplimos los 17 o 18 años tenemos que tomar una decisión que probablemente marcará el resto de nuestra vida: ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿A qué quiero dedicarme cuando sea mayor?.
Existen infinidad de carreras, cientos de profesiones: psicólogo, médico, ingeniero, abogado, profesor, farmacéutico... pero la respuesta más alucinante que me han dado cuando he preguntado "¿Qué vas a estudiar?" ha sido : "música". Pocos pueden responder eso, pocos son los afortunados. La música es para muchos como yo, una diversión, algo que acompaña nuestra vida, es en lo que nos refugiamos cuando nos sentimos solos. Para otros, la música es una opción...la música es su gran elección.
Suerte.

Life for dummies.

Debería existir un manual para la vida, como esos libros para tontos que hay en EEUU que se llaman "Music for dummies" o "Maths for dummies". Debería haber uno que se titulara "Life for dummies".
Si yo escribiera ese libro, probablemente uno de los primeros capítulos se lo dedicaría a los cambios. Y es que lo cierto es que nuestra vida evoluciona a base de cambios, pero no me refiero a los cambios físicos; me refiero a lo que sucede a nuestro alrededor o incluso en nuestro interior.
Lo que ayer era oscuro hoy es luz que guía nuestros pasos; lo que ayer era fuego hoy es ceniza, hoy son restos; lo que ayer podíamos disfrutar día a día hoy ya no está tan cerca.
Y aquí mi pregunta: ya que la vida es un cambio continuo...¿Deberíamos acostumbrarnos demasiado a nuestro presente? Creo que es una pregunta que todavía, debido a mi corta edad, no estoy capacitada para responder. Pero lo que sé con certeza, es que algunos cambios duelen, algunos cambios son a peor...lo que sé con certeza, es que debemos acostumbrarnos a que la vida cambia.
O te adaptas, o mueres.

Efecto mariposa

En la vida, hay decisiones que marcan tu futuro. Incluso puede que no sean decisiones, sino acciones sin ninguna importancia aparente, pero que cambian tu vida y la de los demás. ¿Acaso si no hubiéramos hecho determinadas cosas, la vida nos depararía otras? ¿Cambiaría nuestro presente si en el pasado hubiéramos tomado una decisión distinta a la que tomamos?

Existe un universo paralelo, dominado por los "y si". En él se encuentran todos nuestros presentes alternativos, todo lo que podríamos haber sido si no hubiéramos hecho todo lo que hicimos en nuestro pasado.

Lo cierto es que la vida en ese sentido es un poco retorcida, por eso pienso que a veces es mejor creer en el destino.

Quizás estábamos predestinados.

Buenos días.

Es temprano; todavía no ha amanecido completamente. Abres los ojos, vuelves a nacer otro día más. Recuperas la conciencia después de horas durmiendo. Piensas "él"; repites ese pensamiento: "él, simplemente él". Te da pereza levantarte, es más, miras a tu izquierda y deseas que él estuviera ahí. Te levantas y te preguntas qué te depara el día de hoy; ¿Serán cosas buenas o malas? Prefieres, obviamente que sean buenas, pero realmente te da un poco de igual porque con él todo lo malo se convierte en bueno y lo bueno se vuelve mejor. Que mas da lo que te pase si él está ahí.
[...]
Es temprano; suena el despertador. Lo apagas. Abres los ojos, vuelves a nacer otro día más. Recuperas la conciencia después de horas durmiendo. Miras a la izquierda; ahí está él y de repente notas como se acelera tu corazón, como se te dilatan las pupilas, como se te seca la garganta. Notas su calor, su mirada fijada en tu pelo, en tus labios, en tus ojos. Inmediatamente piensas "Hoy ya es un día perfecto".

Free Falling.

Caerse y levantarse; caerse y levantarse. Eso es todo, es la clave, es el secreto de los valientes. 
Yo siempre he dicho que los momentos duros y difíciles tienen que existir, tienen su función en nuestra vida, ya que, si no fuera por ellos, sería mucho más complicado apreciar los buenos momentos.
Respira, simplemente respira. Cuenta hasta diez, o hasta 20 si lo necesitas. Te has caído y duele, es comprensible; pero ahora tienes que levantarte, tirar de donde sea para levantarte.
Lo cierto es que lo que no mata...te hace más fuerte.

Belleza.

Belleza; simplemente belleza. A veces me quedo quieta mirando a la naturaleza y pienso que es lo más bello que hay en el mundo, que no puede existir nada más hipnotizante que un buen paisaje. Podría mirarlo durante días, podría vivir en él toda una vida simplemente sintiéndome en armonía. 
Quizás la belleza hay que encontrarla fuera de la civilización, fuera de todo lo que hemos destruido.