Este año, Abril ha matado al sol y al calor de Santiago de Compostela. Las nubes se han apoderado del cielo. El viento y el frío han sido nuestros compañeros día tras día.
Ahora, ya en Mayo, las cosas siguen sin cambiar. Salgo a la calle y solo siento las frías gotas de agua sobre mi frente, siento como resbalan por mis mejillas como si fuesen lágrimas; lágrimas nostálgicas de aquellos días en los que los rayos de sol se fundían con mi pálida piel.
[...]
Casi todo el mundo odia la lluvia. Reconozco que no es demasiado cómodo mojarte, pero yo he caminado muchas veces bajo la lluvia simplemente disfrutando de su magia y me he sentido en armonía con la naturaleza.
Creo que la lluvia nos ayuda a sentirnos vivos, a sentirnos humanos. La lluvia nos recuerda que la naturaleza siempre va a ganar al ser humano, por mucho que nos esforcemos por demostrar lo contrario.
Nos creemos los dueños del planeta. Creemos que podemos controlarlo todo. Arrasamos bosques, construimos nuestra civilización sobre lo más bello que hay: la naturaleza. Pero no podemos hacer que deje de llover, no podemos evitar la sequía, no podemos evitar los tsunamis, los tornados, la tormenta.
Quizás el planeta esté enfadado y nos ha "castigado" con estos meses de ausencia solar.
Un consejo: camina bajo la lluvia, prescindiendo de paraguas. Ponte una buena canción y simplemente disfruta de la magia.
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