A veces me paro a pensar en algo muy curioso del ser humano: sus prioridades.
En la vida no podemos tener todo lo que deseamos, a veces hay que elegir. Sí, estamos siempre con las malditas decisiones. ¿Qué es lo que hacemos para decidir? Simplemente priorizamos algunas cosas, es decir, le damos más valor a ciertos aspectos de nuestro mundo con respecto a otros.
He aprendido que frente a las prioridades no hay nada que hacer: cada uno tiene las suyas, cada uno decide qué le importa más. Hay quien prioriza la amistad, hay quien prioriza el amor, los estudios, la mala vida, la música.
Lo que para unos supone un esfuerzo descomunal, para otro es simplemente algo que le apetece, o algo por lo que se muere de ganas.
Sea como sea, en la vida siempre hay prioridades. ¿Las mías? Simplemente me guío por lo que me dicta el corazón...mi prioridad es ser feliz.
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