lunes, 18 de junio de 2012

Deseos

En ocasiones, algo se nos mete entre ceja y ceja, lo ansiamos, lo deseamos con todas nuestras fuerzas y hacemos todo lo posible para conseguirlo. Dicen que el que quiere puede, pero, ¿Qué pasa cuando lo que queremos no depende de nosotros? ¿Qué pasa cuando depende de otra persona?
A veces nuestros deseos se ven condicionados por los deseos de los demás y lo único que hay que ser es paciente. Puedes decirle a esa persona qué es lo que necesitas de ella, sí, claro que puedes hacerlo. ¿Y si te dice que no? Puedes gritar, dar patadas, desesperarte o hacer alguna tontería, sobre todo si son las cuatro de la mañana. Sin embargo, la opción más sabia, aunque también la más difícil, es esperar, tener paciencia.
Ya he dicho miles de veces que lo inesperado sabe mucho mejor, es más dulce. Porque puede que te resignes y asumas que tu deseo no se va a cumplir en mucho tiempo, o puede que te tumbes en un sofá  ajeno y las notas de tu deseo comiencen a sonar, y por muy breves que sean, serán suficientes...suficientes para sentir una extrema felicidad.

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